Mi relato presentado al Concurso de relatos #MiMejorMaestro de Zenda Libros
A.B.
En
mi caso quien creyó lo suficiente en mí como para incluirme en el grupo de
matemáticas avanzadas de octavo fue Arturo Belda. Aunque si os soy sincero, al
principio yo estaba convencido de no llegar al nivel que mostraban mis compañeros.
Con el paso del tiempo entendí que me desafió para lograr que yo diera lo mejor
de mí, eso que él había visto en mi interior antes incluso de que yo supiera
que existía. Y siempre le agradeceré que no cejase en su empeño hasta que juntos
lo conseguimos.
Tal
vez en vuestro caso el profesor que apostó por vosotros se llamaba Alicia o
Alfredo y se apellidaba Baldoví o Bataller, da lo mismo. Sea cual sea su nombre
no lo olvidéis jamás pues fue ese maestro el que, en un instante, tal vez sin
que os dierais cuenta, cambió vuestra vida con un gesto, una palabra, un
consejo o una decisión arriesgada. Recordemos con cariño y respeto como marcaron para siempre a nuestro espíritu y que sin ellos y sus actos altruistas no seríamos
lo que somos ahora.
Además,
me gusta pensar que, de vez en cuando, al acordarse de todos nosotros se les
alegra el día.
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